Monday, February 4, 2013

Muerte indecorosa de una abeja


Un bonita abeja, llamemosle Maya que es nombre de bicho, nace un día. La desgracia de nacer en un panal es que o eres la reina, o eres parte de los currantes. Maya no tuvo la suerte de nacer con sangre azul y al no pertenecer al linaje real no le quedó mas remedio que empezar a dejarse el pellejo trabajando para el bien de la comunidad. Maya no tiene fines de semana libres ni se puede coger ningún puente. No se toma una cervecita al llegar a casa después de un duro día de trabajo. No tiene vida social, ni real ni virtual, pues en la colmena no existen ni bares ni facebook. Maya no tiene grandes aspiraciones, ni puede mojar sus penas en alcohol pues en el panal no existen ni las penas ni el escocés de Malta. Un día, Maya sale de reconocimiento a polinizar y esas movidas que hacen las abejas y, en el lapso de un microsegundo, muere reventada contra el visor de mi casco.

Parafraseando a Boris Yellnikoff: En este vasto, negro e inexplicablemente violento e indiferente universo, y debido a una concatenación astronómica de circunstancias, el camino de Maya y el mío se cruzan… y ella muere. 
Boris Yellnikoff en "Whatever works"
Yo limpio el casco con el guante, algo que nunca se debe hacer pues queda mas guarro que con las gotitas de sangre de abeja aleatoriamente esparcidas por el visor que terminan secándose con el aire. Maya nunca anticipó su muerte, posiblemente ni siquiera tuviera consciencia de su propia vida. Yo, como ser humano motero, anticipo mi muerte unas cuantas veces por minuto cuando estoy en la carretera. Sin esa anticipación ya me habría ido al otro barrio, posiblemente aplastado debajo de un camión peruano y con varios de mis miembros desparramados por la carretera y el monte. 
Anticipando los movimientos de una vaca.
Los humanos tenemos la suerte de poder anticipar eventos en cuestión de segundos, lo que en una situación límite como es conducir por ciertas carreteras de Sudamérica es definitivamente importante si queremos contar nuestras batallitas a los nietos el día que los tengamos (me jode no tener hijos porque eso básicamente supone que jamás tendré nietos). 

La anticipación me ha salvado la vida varias veces, y esa es la parte positiva de esta grandísima hija de puta. La insulto porque se lo merece, ya que en la mayor parte de los casos la anticipación me hace la vida un tanto miserable. La realidad nunca es tan intensa como la anticipación de la misma. Uno se va de vacaciones y que es lo mejor de las vacaciones? Los momentos en que se planean, el último día de trabajo pensando en los eventos maravillosos que uno vivirá en sus escasos días de asueto veraniego. La anticipación a lo bueno crea expectativas que nunca se cumplen. Por eso la realidad es siempre mas aburrida que la imaginación. Incluso la anticipación al sufrimiento, al dolor, es mil veces mas intensa que el dolor real cuando llega, y por lo tanto mas interesante. La anticipación a la muerte, por ejemplo. Uno siempre se imagina muriendo de una manera noble y digna, heroica incluso. La pobre Maya murió destrozada contra el visor de un motero que pasaba por allí. No me puedo imaginar una muerte mas indecorosa que esa. Ah, es solo un insecto, no pasa nada… pero y los miles de muertos en accidentes estúpidos que pasan cada día? La señora que se ahoga porque deja el gas abierto, el padre de familia que lleva a sus hijos a la Pedriza y se encuentra con un gilipollas adelantando en el cambio de rasante. Aquel que sufre un ataque al corazón por subir las escaleras de su casa. El niño que se acerca demasiado a la piscina. El aneurisma provocado por un orgasmo de pago (bueno, ese está chulo). El tontorrón que se electrocuta en la bañera mientras se masturba por dejar la lámpara romántica demasiado cerca del borde. La señora pisoteada por los miles de locos que entran al Corte Inglés el día de rebajas. El tipo que se intoxica por abuso de Viagra. La mayoría de la gente muere de una manera absolutamente ridícula, pero nadie anticipa la broma. Es por eso que "se realista" es el peor consejo que se le puede dar a alguien. Coño la realidad ya es suficientemente aburrida, dejemos a la gente fantasear por lo menos. 

Llegué a Nazca, Perú, hace unos días. Entusiasmado estaba por ver las dichosas lineas que nadie sabe muy bien por qué y quien las dibujó. Durante años ese lugar permaneció en mi mente como algo mágico. La anticipación de verlas me creó unas expectativas insuperables. Y cuando finalmente las vi, desde el aire…la hija de la gran perra de la anticipación ya había hecho de las suyas. 
Sobrevolando las líneas de Nazca.
Se ven pequeñitas… porque el avión vuela demasiado alto por tema de licencia y asunto legal, me explicaron. Pero los dibujos son enormes, realmente. Sin embargo desde tanta altura se ven pequeños, así que lo de que fueron hechos para que se vieran desde el espacio… francamente no creo que se vea una mierda desde el espacio. Igual, son espectaculares, pero no fue espectacular verlos el otro día. Demasiado lejos. Por eso no tomé ni una sola foto de los dibujos, no me gusta estar tan lejos cuando fotografío. La fotografía, en mi opinión, debe ser tomada desde cerca. Siempre lo supe y siempre me costó, porque me siento un intruso cuando estoy demasiado cerca del extraño al que tomo una foto, pero lo intento. En Lima tuve la ocasión de conocer y ver trabajar a un verdadero fotógrafo profesional, Rodrigo Abd de Associated Press. 

Rodrigo Abd
Rodrigo se acerca a la gente. Toma la foto y sonríe. Le acompañé en un día entero de trabajo y no vi a nadie quejarse. El tipo tiene un áurea que le hace increíblemente amigable. Por supuesto no es siempre así, él mismo cuenta como muchas veces le cuesta que le acepten. A veces tiene que pasar días conviviendo y haciéndose amigo de gente antes de disparar una sola foto. Pero lo consigue, y retrata con un ojo acojonante la historia que está contando. Él dice que es periodista antes que fotógrafo, incluso remata que no tiene ojo, que hace mil fotos sin saber bien que hace. Diga lo que diga me da igual, el resultado es apabullante. 


Tiene los cojones de irse a zonas de guerra y expresar de manera única las desgracias de los conflictos armados. Y ni siquiera es lo que le mueve. Le mueve perseguir una historia que nunca se ha contado, infiltrarse en un ambiente que jamás vio fotógrafo cerca. Y esa es la cuestión: cerca. La única fotografía que respeto que se tira con grandes teleobjetivos es la de retrato de pájaros, y mira que es tediosa. Por supuesto hay que ser un conocedor de la idiosincrasia humana para poder acercarte y que no te hostien de inmediato. Rodrigo sabe hacerlo, es casi un psicólogo, y le admiro profundamente por eso y por su ojo estético. 

Las líneas de Nazca, sin embargo, se dibujaron para verse desde lejos. O quizá no… pero esa es la creencia popular. "Como son grandes y no se aprecian a nivel del suelo, la razón de su existencia solo puede ser que fueron creadas para verse desde el aire". Mas lo pienso, mas me parece esa conclusión una tremenda gilipollez. Los Incas eran definitivamente gente megalómana, los pre-incas debieron de serlo también. El tamaño de los dibujos puede deberse a las ansias por crear algo gigantesco, algo que refleje lo grandioso de una civilización. La tradicional idea europea de que los extraterrestres les visitaron… pues hombre, tiene algo de sentido, sobre todo por los dibujos geométricos que sugieren "pistas de aterrizaje", y una de las formas que con algo de razón y poca imaginación se le nombra "El astronauta". 

El "Astronauta"
Pero prefiero pensar que el motivo del tamaño de los dibujos no es el jodido E.T. y sus colegas de la telefónica, sino una capacidad artística sin precedentes que esta gente tenía. Que los hicieron tan grandes para estar mas cerca de su creación. Para sentirlos de cerca, en vez de para ser vistos de lejos. 

La desafortunada Maya murió contra mi casco porque no pudo anticipar el choque, por no ser humana y carecer de un cerebro medianamente desarrollado como es el de los humanos. Se paseaba demasiado cerca de mi casco y eso acabó con ella. Yo, que soy humano, puedo usar mi capacidad de anticipación para apreciar el valor de la cercanía. Como ser humano pensante, quiero imaginar que las lineas de Nazca fueron hechas por artistas que valoran como yo la importancia de la proximidad. Eso, claro está, es porque soy un egocéntrico redomado y me gusta creer que mis opiniones son las mas relevantes y apropiadas. Ah, pero es que no lo son?



En el desierto, cerca de Nazca, tres muertos.


A volar.

Vistas desde la avioneta.



Con Rodrigo.

Saliendo de Nazca, dirección Cuzco.


Diego, pastor en el camino a Cuzco.

Rodrigo se moja para conseguir una buena foto.


Llegando a Nazca.


Cerca, siempre cerca.


Llegando a Cuzco, saludando a los Andes.

Reportero gráfico.



































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