Friday, November 16, 2012

La soledad del romántico.


Llevo un par de horas preguntandome por qué me cabrea tanto no poder cambiar la bombilla de la luz frontal de la moto. Algo le ha pasado que no hay manera de sacar la antigua sin romper los conectores. Cualquiera diría, qué mas da! ya la llevas mañana a algún taller. Y si, es lo que voy a tener que hacer, pero me ha puesto de un humor de perros exagerado. Después de mucha reflexión y un par de Johnny Walker etiqueta negra (el single malt que tenían era del cutre), he llegado a la conclusión de que lo que me cabrea es mi ineptitud para todo lo que tenga que ver con la manera clásica de ver la vida, en oposición a la romántica. Romántico es aquel que ve la belleza de acuerdo con su propia escala de valores estética. Clásico es aquel que ve las cosas en relación a su significado práctico. El artista pinta un cuadro de una moto en la falda de una montaña. es una visión romántica de la máquina. El mecánico cambia los jets de la moto para que funcione mejor en la altitud de la montaña. Es una visión clásica de la máquina. 

Toda mi vida me he considerado un romántico, y me he sentido orgulloso de ello. Ahora me jode lo retrasado que puedo llegar a ser cuando intento cambiar mi manera de ver la vida y acercarme mas a lo clásico. Es esa la razón, supongo, por la que me siento tan frustrado y la angustia me consume cada vez que algo le pasa a la Roro. Y también supongo que es la razón por la que llevo dos alforjas cargadas de repuestos varios. Soy consciente de lo negado que soy para cualquier cosa práctica. Si, se cambiar una rueda. En teoría. Si, se cambiar el aceite, limpiar la cadena. Porque lo he hecho mil veces. A base de práctica cualquiera aprende, esa no es la cuestión. El problema es lidiar con un problema nuevo. Es entonces cuando el intelecto debe analizar la situación, cotejar las posibilidades y llegar a una conclusión. Y es ahí cuando mi intelecto, refugiado en la excusa del romanticismo, no es capaz de llevar a cabo una tarea tan simple como cambiar una puta bombilla (bueno, si es capaz… pero después de que me entren los siete males cuando me encuentro con que el plástico se ha fundido y pegado a los conectores). 

Las matemáticas, la ciencia y todo lo que tiene que ver con el análisis racional siempre se me dio mal. No es que no tenga capacidad para ello. Es que soy un gandul, y me fue mas sencillo desarrollar aquello por lo que ya tenía un talento innato. Es fácil dedicarse a lo que a uno se le da bien. Lo jodido es estudiar una disciplina para la que uno no está genéticamente predispuesto. Qué vagos y qué cobardes somos, coño. En vez de aprovechar nuestro enorme potencial nos dedicamos a lo que nos resulta mas fácil y le llamamos talento. Estoy ya harto de eso, y quizá esa sea una de las razones por las que he emprendido este viaje. Para tener problemas y que no me queden mas hostias que solucionarlos. Y cuando sea capaz de arreglar la moto, la foto que le tomo tendrá otro sentido. Es hora de poner el cerebro a trabajar, porque el ser romántico solo lleva a una cosa: La soledad. El romántico está destinado a la más cruel de las soledades, porque tiene unas expectativas del mundo y de la gente que jamás son cumplidas. Es un soñador. Y sólo cuando sueña es feliz, pero la vida no es para pasarla durmiendo. No se, quizá es mejor que lo acepte y así al menos no me agobiaré tanto cuando soy incapaz de arreglar el grifo del baño. Siempre puedo llamar a un fontanero… Otra vez la pereza, llama a un fontanero aunque el problema se pueda solucionar con un poco de teflón. Arregla el puto grifo, y luego continuas con tu "arte". Pero arregla el grifo. 

El mundo no necesita ni de mas artistas ni de mas científicos. Lo que necesita son científicos que sean capaces de crear y artistas que sean capaces de analizar. La "predisposición" para una disciplina en particular es un invento creado por nuestra vagancia. El virtuosismo, eso es otra historia. Pero hay sólo un puñado de virtuosos en el mundo. Los demás somos todos iguales, con el mismo potencial. Si no lo utilizamos es porque no nos sale de los cojones, no porque no podamos. Charlie Chaplin era el maestro del contenido. Eisenstein el maestro de la forma. A quien más admiro es a Kubrick, maestro del contenido y la forma. Stanley fue muchas veces criticado por obsesivo. Era capaz de analizar cada uno de los mas sutiles detalles de cada cosa que se le ponía por delante. Y sin embargo, era un artista. No hay más que ver sus películas para darse cuenta del carácter romántico de su forma de ver la vida. Un intelecto brutal, mitad romántico, mitad clásico. Esa es la meta, ese es el objetivo. 

Ushuaia es sólo un desafío físico. El Ushuaia al que quiero llegar está mas lejos, y la pista para llegar mas dura que una de terracería. Pero bueno, ahí vamos, adelante, avanzando.  


I wish he was alive and filming.

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